¿Por qué los niños comparten de más en Internet?

09 MAY 2024

La era digital actual presenta un fenómeno único que tanto padres como hijos deben afrontar: el "oversharing" o compartir de más. Este término se refiere a la divulgación excesiva de información personal, la cual puede o no ser confidencial. El exceso puede manifestarse en la frecuencia, profundidad o alcance de la información compartida, dependiendo del contexto y la situación. Un indicador claro es cuando, al final del día, una persona, en este caso un niño, se arrepiente de haber compartido tanto, lo que puede tener consecuencias negativas.

Entrevistamos a Jarmila Tomková, psicóloga infantil especializada en Internet, para conversar sobre este fenómeno, entender sus causas y explorar estrategias para abordarlo, desde la perspectiva de los niños así como desde la de los padres.

Cuadro explicativo: El término oversharing hace referencia a compartir información personal en exceso, ya sea por incluir detalles confidenciales o simplemente por la frecuencia o el alcance de lo que se comparte. En el contexto del mundo digital, el oversharing puede manifestarse en entornos privados o públicos.

Una de las razones principales de compartir demasiado en Internet es que los niños a menudo no se dan cuenta de que lo están haciendo. "Muchas veces no son conscientes de que es inadecuado compartir cierta información públicamente o con determinadas personas", dice Jarmila. "Sienten la necesidad de compartir sin tener en cuenta los factores o la motivación".

Los niños se sienten motivados a compartir por diferentes razones

Los niños suelen dejarse llevar y compartir de más en Internet por múltiples razones. Su escaso control de la impulsividad, la necesidad de encajar y el deseo de ser popular o atrevido también pueden contribuir a este comportamiento. En ocasiones, los niños también comparten demasiado para establecer relaciones íntimas, o para sentirse especiales y encontrarse a sí mismos. Al seguir el ejemplo de otros niños o incluso de famosos, pueden experimentar un sentido de pertenencia que, para un niño en proceso de autodescubrimiento, puede ser muy importante. La cultura en la que viven también influye en lo que consideran apropiado compartir y lo que no.

Etapa de desarrollo y papel de los rasgos de personalidad

"El oversharing también puede suceder en entornos privados. Esto es especialmente el caso en los niños menores de 12 años, que pueden conocer a alguien a través de un juego online y sentir una conexión. Incluso podrían compartir información personal sin darse cuenta del riesgo que implica y de que la persona con la que comparten podría ser un depredador", señala Jarmila al abordar las prácticas del oversharing en niños más pequeños.

Los niños de entre 7 y 10 años tienen un pensamiento concreto y son confiados por naturaleza (algo completamente normal y saludable). Esto los hace susceptibles a compartir más de la cuenta y, por desgracia, también a enfrentar sus consecuencias negativas. Por otro lado, los niños mayores, impulsados por el deseo de popularidad y la expresión emocional, también pueden compartir de más. En ambos casos, este comportamiento puede estar relacionado con un malestar emocional o ser una forma de autorreflexión.

Cabe destacar que los niños mayores no solo comparten más de lo debido cuando sufren de angustia emocional. A veces, la necesidad de diferenciarse y encontrar un lugar único en el mundo también es un factor determinante", afirma Jarmila.

Los rasgos de personalidad también pueden ser un factor influyente, pero nunca la única razón. "Según mi experiencia, los niños más susceptibles a la necesidad de compartir en exceso suelen ser los extrovertidos y los que quieren darse a conocer al mundo. En estos casos, es crucial enseñarles cómo hacerlo de manera segura y no acudir únicamente al entorno online", señala Jarmila. A continuación, explica que algunos niños son impulsivos y aún no han desarrollado la capacidad de regular sus emociones, por eso recurren a la única forma de compartir que conocen. "Los adultos tienen poco control sobre los cambios naturales en los rasgos de la personalidad o los estados emocionales que se producen durante la adolescencia. Sin embargo, la tendencia a divulgar una cierta cantidad, frecuencia y tipo de contenido es solo uno de los dos factores principales que contribuyen a compartir en exceso de forma arriesgada. El segundo factor es el conocimiento y la capacidad de controlar la privacidad de la información compartida. Justamente les corresponde a los padres y a las escuelas proporcionar a los niños estos conocimientos y habilidades de manera clara", enfatiza Jarmila.

Las redes sociales contribuyen a que se comparta más de lo debido

Compartir en exceso puede conducir a situaciones embarazosas, peligros involuntarios y ciberacoso. Las tendencias de las redes sociales también fomentan este hábito, lo que agrava aún más el problema. Dado que las redes sociales desempeñan un papel fundamental en la vida de los niños, influyen en lo que comparten y con qué frecuencia lo hacen. Las tendencias como "contar historias" o "datos sobre mí" están ganando popularidad en las plataformas sociales, donde se valora la revelación de aspectos de la vida personal, traumas y dificultades. "Los niños se fijan en lo que comparten los demás y quieren seguir la corriente. Lo mismo ocurre con los famosos, cuando una persona influyente publica un determinado tipo de contenido, los niños pueden sentir la presión de hacer lo mismo para encajar", explica Jarmila.

¿Qué puedes hacer?

Existen distintas estrategias que los padres pueden implementar para ayudar a sus hijos. "En primer lugar, es crucial respaldar el desarrollo saludable de los niños. Debemos ayudarlos a reconocer su propio valor y singularidad, fomentando su autoestima y brindando apoyo para que sean conscientes de sus emociones. Esto es algo que los padres deben hacer independientemente del problema de compartir en exceso. Además es fundamental ayudarlos a identificar las situaciones de riesgo y entender por qué pueden ser perjudiciales", destaca Jarmila cuando le preguntamos sobre medidas prácticas para los padres.

Los padres tienen la responsabilidad de garantizar que sus hijos crezcan aceptándose a sí mismos, comprendiendo su identidad y manteniendo una actitud positiva hacia su persona. Asimismo, es de suma importancia que dispongan de suficiente tiempo fuera de las redes sociales para expresar sus emociones de manera sana. "Los niños necesitan tener un espacio adecuado y un respaldo social para poder compartir y sentirse conectados con otros. Los padres deben fomentar la capacidad de hacer amistades y desarrollar habilidades sociales, alentarlos a participar en distintas comunidades, practicar deportes y tener pasatiempos que les permitan hacer amigos", añade Jarmila.

Crear hábitos saludables

La primera infancia es un buen momento para empezar a desarrollar hábitos y rutinas saludables, por eso, Jarmila propone: "Los padres podrían dedicar un tiempo para hablar con sus hijos sobre las experiencias y los desafíos del día. Luego, podrían enseñarles a expresar sus sentimientos más profundos a través de actividades como escribir en un diario personal, dibujar u otras estrategias que los ayuden a conectarse con sus emociones. Es esencial que los niños entiendan que no hay nada de malo en explorar sus emociones, y es importante darles herramientas para ser conscientes de ellas y no reaccionar de manera exagerada. También es crucial asegurarse de que no se sientan solos con sus emociones. Se pueden hacer actividades en grupo, por ejemplo durante la cena, donde todos los miembros de la familia compartan tanto las emociones positivas como las negativas".

Los niños necesitan que les permitamos compartir y hablar de sus emociones. “La paradoja es que, compartiendo más, podemos evitar que compartan de más”, comenta Jarmila.

Cómo reaccionar al oversharing

Si descubres que tus hijos han estado compartiendo más de lo debido en Internet, mantén la calma y no te dejes llevar por el pánico. "Respira hondo y recuerda que no debes poner en riesgo la relación con tus hijos reaccionando precipitadamente o juzgándolos. En cambio, aborda el tema de manera tranquila y natural, reconociendo que viste el contenido inapropiado que han publicado. No pases por alto el asunto, pero elige tus palabras con cuidado para preservar su confianza. Tú eres su principal fuente de sabiduría, y deben entender que conoces las implicaciones de compartir de más y a dónde podría llevarlos", explica Jarmila.

En este caso, es más importante evitar juzgarlos que apoyarlos en exceso. Puedes darles ejemplos de tu propia vida donde divulgar demasiado haya tenido consecuencias negativas (por ejemplo, en una actividad de trabajo en equipo), o casos de famosos que luego se hayan arrepentido. Muestra un auténtico interés por la vida y las experiencias de tus hijos en lugar de sacar conclusiones precipitadas o hacer suposiciones. Como menciona Jarmila: "Evita hacer preguntas que lleven a la confrontación, como ‘¿Por qué hiciste esto?’. En su lugar, fomenta un diálogo abierto formulando preguntas exploratorias como ‘¿Qué esperabas lograr?’ o ‘¿Qué resultado tenías en mente?’. Sobre todo, enfócate en el bienestar de tus hijos, no en tus propios sentimientos o reacciones. Se trata de ellos, no de ti".

Cuesta mucho encontrar el límite entre expresarse libremente y compartir demasiado. Siempre hay que tener en cuenta quién podría acceder a esa información y qué repercusiones podría tener. Sin embargo, mediante la comprensión, la comunicación abierta y la creación de un entorno de apoyo, podemos guiar a nuestros hijos a adoptar hábitos de compartir saludables y responsables y, sobre todo, contribuir a la creación de un entorno online más seguro para todos.

Autora: Alžbeta Kovaľová

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