Construyendo un uso consciente de la tecnología

03 DIC 2025

Los niños de hoy crecen en un mundo digital rodeados de pantallas, dispositivos inteligentes y aplicaciones con inteligencia artificial. La tecnología les permite aprender, explorar, crear y mantenerse conectados, pero solo si aprenden a usarla conscientemente. Desarrollar una sólida higiene digital desde pequeños ayuda a los niños a mantenerse equilibrados, seguros y en control de su vida en línea. La psicóloga infantil Jarmila Tomková explica cómo los padres pueden fomentar rutinas digitales saludables que favorezcan tanto el bienestar mental como la armonía familiar.

Puntos clave de este artículo:

  • La higiene digital implica concienciación. Se trata de enseñar a los niños a usar la tecnología de forma intencionada, no pasiva, para que mantengan el control de lo que consumen y comparten.
  • Los límites deben empezar desde pequeños. Antes de que los niños tengan sus propios dispositivos, los padres deben fomentar su confianza y explicarles cómo comportarse responsablemente en línea.
  • El ejemplo importa. Los hábitos digitales de los padres influyen en gran medida en cómo los niños abordan las pantallas, las redes sociales y la comunicación en línea.
  • El verdadero objetivo es el equilibrio. Las rutinas saludables frente a la pantalla incluyen descansos activos, actividades fuera de línea y conversaciones de calidad sobre lo que los niños ven en línea.
  • La desintoxicación digital no es un castigo. Funciona mejor cuando los niños entienden por qué lo hacen y se sienten apoyados, no restringidos.

¿Cuándo deben empezar los niños a utilizar dispositivos inteligentes?

La psicóloga infantil Jarmila Tomková explica que esta preparación depende en gran medida de la madurez cognitiva:

"Alrededor de los 11 años, el pensamiento del niño cambia de lo concreto a lo abstracto. Antes de esta edad, los niños son muy susceptibles a la influencia de las personas y las cosas que los rodean, lo que puede representar un verdadero peligro en el mundo de la tecnología. Pero una vez que logran discernir la frontera entre lo concreto y lo abstracto, pueden comprender mejor el mundo digital y trabajar con él de una manera más racional y beneficiosa".

Antes de llegar a esta etapa, los niños deben usar dispositivos inteligentes solo con la supervisión de un adulto y para actividades breves y con un propósito. El Censo de Sentido Común de 2025 muestra que los hábitos digitales comienzan a formarse a partir de los dos años, por lo que las conversaciones sobre seguridad en línea, así como los límites, deben comenzar mucho antes de que los niños tengan sus propios dispositivos. Incluso cuando los niños parecen estar listos, siguen necesitando orientación. "Los niños deben saber qué esperar antes de entrar en el mundo digital. Deben saber cómo mantenerse seguros en línea y cómo evitar situaciones desagradables. Sobre todo, deben saber que, si se encuentran con algo que los haga sentir mal, siempre pueden acudir a sus padres y pedirles consejo", explica la psicóloga.

Predicar con el ejemplo

Los padres son los primeros y más importantes modelos tecnológicos para sus hijos. Los estudios demuestran que los niños no solo reflejan lo que los adultos dicen sobre las pantallas, sino también lo que hacen. Un estudio de Frontiers in Psychology de 2023 reveló que cada hora extra que los padres dedicaban a la pantalla se relacionaba con un desarrollo ligeramente inferior en sus hijos.

Como nos recuerda Jarmila Tomková:

"Los padres, básicamente, marcan tendencias para sus hijos pequeños, y deben ser conscientes de ello. Influyen en sus hijos mediante el uso de la tecnología y también tienen el poder de establecer hábitos saludables. Cómo los establecen y dónde establecen los límites es su responsabilidad. Pero deben ser conscientes de su propio papel y crear un sistema razonable que su familia pueda seguir".

Dar ese ejemplo va más allá de limitar el uso de pantallas. Acciones sencillas como mantener el teléfono alejado durante las comidas, explicar por qué se desactivan las notificaciones o reservar tiempo para actividades sin conexión muestran a los niños cómo es el uso consciente de la tecnología. Cuando los padres tratan la tecnología con intención, los niños aprenden que estar en línea puede ser parte de una vida sana y equilibrada, no algo que la controle.

Conclusiones de la OMS sobre los hábitos digitales de los adolescentes

Un estudio de la OMS realizado en 2024 con 280000 adolescentes en 44 países revela cómo las redes sociales influyen en el bienestar de los jóvenes.

  • El uso problemático de las redes sociales ha aumentado drásticamente: del 7% en 2018 al 11% en 2022.
  • Las niñas (13 %) se ven más afectadas que los niños (9 %).
  • Más de uno de cada tres adolescentes (36 %) están en contacto constante en línea con sus amigos: el 44 % entre las chicas de 15 años.
  • Los usuarios habituales de las redes sociales informan que duermen menos, se acuestan más tarde y tienen un menor bienestar que los usuarios moderados.
Enseña a los niños que la libertad proviene del equilibrio.

Los niños deberían ver la tecnología no como una trampa, sino como una herramienta que controlan. Como dice Jarmila Tomková:

“Un uso razonable de los medios digitales se puede comparar con una dieta saludable. Necesitamos comida para sobrevivir y comemos de todo, incluyendo dulces y alimentos nutritivos. Pero no podemos comer sin parar; no podemos comer solo dulces todo el día ni comer justo antes de dormir. Al mismo tiempo, cuando enseñamos a los niños a comer sano, les explicamos todo y no los sometemos a una dieta estricta que solo los haga sentir infelices. Esto solo conduce a picar entre comidas a escondidas o a atracones, entre otras cosas”. Demasiadas reglas pueden ser contraproducentes, al igual que las dietas estrictas conducen a picar entre comidas a escondidas.

Estudios recientes respaldan su opinión de que el equilibrio funciona mejor que la restricción. Una revisión de la Academia Americana de Pediatría de 2024 concluyó que reducir el uso de pantallas y redes sociales, no eliminarlo por completo, mejora el bienestar de forma más fiable.

El mensaje para los padres es simple: enseñen a sus hijos que no pierden nada al guardar sus teléfonos. En cambio, ganan tiempo para la creatividad, el descanso y la conexión con el mundo real: la libertad que ninguna aplicación puede ofrecer.

Al crear normas de higiene digital, es importante ser transparente. Puede ser útil contar con un Acuerdo Familiar Digital y publicarlo en un lugar visible para todos los miembros de la familia.

Piensa en el tiempo

El momento en que los niños empiezan a usar la tecnología es importante, pero también lo es cuánto y cuándo. No hay una regla única para todas las familias, pero los expertos coinciden en que los más pequeños son los que necesitan más estructura. Para los menores de tres años, el tiempo frente a la pantalla debe limitarse a momentos breves y con un propósito, no más de 50 minutos al día, como videollamadas con familiares. A medida que crecen, las reglas pueden adaptarse a su edad y madurez.

Pasan un promedio de 5 horas y 16 minutos al día en sus teléfonos. En el caso de la Generación Z, nacida entre 1997 y 2012, son casi 6,5 horas diarias. Para los niños, esto puede convertirse fácilmente en un hábito inconsciente, algo que hacen automáticamente, solo para llenar el tiempo. Los padres pueden ayudar hablando abiertamente sobre la tecnología y cómo se integra en la vida diaria. Las conversaciones honestas y continuas generan confianza y ayudan a los niños a ser más conscientes de por qué se conectan a internet, no solo con qué frecuencia. Esta conciencia es el primer paso hacia el autocontrol y el equilibrio.

Como añade Tomková, usar la tecnología justo antes de acostarse puede dificultar que los niños se duerman. Lo mismo ocurre con revisar el teléfono a primera hora de la mañana: "El cerebro necesita tiempo para despertarse y prepararse para afrontar el día". Establecer un ritmo claro en torno al uso de la tecnología proporciona a los niños algo vital: equilibrio y conciencia.

Equilibrar la vida online y offline

Cuanto más tiempo pasan los niños frente a las pantallas, menos se mueven. Y la actividad física sigue siendo uno de los mejores protectores contra la sobrecarga digital. El contenido en línea, especialmente los videos cortos y los juegos de ritmo rápido, inunda el cerebro con estímulos constantes, manteniéndolo en un estado de alerta.

Como explica Jarmila Tomková: "No podemos esperar que los niños jueguen a un juego en línea durante una hora y luego se pongan a hacer sus deberes. Después de semejante viaje digital, necesitan tiempo para recuperarse neurológicamente, por ejemplo, caminando, corriendo o jugando en el jardín".

Un estudio de 2024 publicado por Sage Journals respalda esta idea, al observar que los niños que juegan al aire libre con regularidad muestran un mayor bienestar emocional, menos problemas de conducta y una mayor resiliencia mental, mientras que el uso excesivo de pantallas se correlaciona con problemas como la interrupción del sueño y dificultades de atención. Fomentar actividades fuera de línea (jugar al aire libre, practicar deportes, hacer manualidades o reunirse con amigos en persona) ofrece a los niños un espacio para relajarse y desconectar.

Fomentar aficiones fuera de línea, como deportes, manualidades, pasar tiempo al aire libre o simplemente reunirse con amigos en persona, ayuda a los niños a liberar tensiones y a recuperar la atención. Como señala Tomková, "dado que toda esta emoción solo ocurre en el cerebro mientras el cuerpo permanece inmóvil, los niños necesitan equilibrar su tiempo en línea con actividades fuera de línea".

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Si intentas una desintoxicación digital, hazlo bien

Tomarse un breve descanso de las pantallas puede ayudar tanto a niños como a adultos a redefinir sus hábitos, pero solo si se hace por las razones correctas. Jarmila Tomková advierte que la desintoxicación debe venir después de establecer rutinas digitales saludables, no como un castigo. "La desintoxicación digital solo debería ser una opción cuando el niño ya tiene una higiene digital equilibrada. De lo contrario, podría ser más perjudicial que beneficiosa".

Evidencia reciente resumida por la Academia Estadounidense de Pediatría sugiere que reducir el tiempo que se pasa en las redes sociales y en los teléfonos inteligentes está vinculado de manera más consistente con un mayor bienestar que la abstinencia total, aunque la evidencia general sigue siendo limitada y los efectos dependen de la edad, el género y el contexto.

Tomková sugiere darle a las desintoxicaciones un objetivo claro: Podemos apostar con nuestros hijos sobre quién se quedará más tiempo sin tecnología. O crear un reto para observar juntos nuestros antojos digitales. A menos que la desintoxicación tenga un propósito claro, los niños la percibirán como una restricción sin sentido.

Como concluye Tomková: "Una desintoxicación digital puede ser una experiencia interesante , pero siempre es mejor adoptar primero una higiene digital sostenible y saludable". El objetivo no es desconectarse por sí mismo, sino aprender a hacer una pausa, reflexionar y volver a conectar con mayor consciencia.

Los hábitos digitales saludables empiezan con el equilibrio, la conciencia y el ejemplo de los padres.

Preguntas frecuentes:

¿Qué es la higiene digital y por qué es importante?
La higiene digital implica ser conscientes y conscientes de cómo usamos la tecnología. No se trata de evitar las pantallas, sino de comprender qué hacemos en línea, por qué lo hacemos y cómo nos afecta. Una buena higiene digital ayuda tanto a niños como a adultos a mantener un equilibrio mental, seguridad y control de su vida en línea.

¿A qué edad deberíamos empezar a enseñar a los niños sobre seguridad en línea?
Las primeras conversaciones sobre el comportamiento en línea deberían comenzar mucho antes de que los niños tengan su primer dispositivo, idealmente alrededor de los dos o tres años, cuando empiezan a ver vídeos o a hacer videollamadas con sus familiares. La concienciación temprana sienta las bases para un uso responsable más adelante.

¿Cómo afectan los hábitos en línea a la salud mental infantil?
Investigación espectáculos eso pesado Las redes sociales y el uso de pantallas pueden interrumpir dormir , aumentar ansiedad , conduce a la atención déficits y menores en general bienestar , especialmente entre Adolescentes . Las rutinas equilibradas, las actividades al aire libre y la comunicación abierta reducen significativamente estos riesgos.

¿Qué papel desempeñan los padres en la formación de hábitos digitales?
Es crucial. Los niños imitan lo que ven. Si los padres navegan en la mesa o responden mensajes durante el tiempo en familia, los niños aprenden que es normal. Establecer límites y vivir de acuerdo con ellos es la lección más poderosa que los padres pueden dar.

¿Cuál es la mejor manera de fomentar el equilibrio entre la vida en línea y fuera de línea?
Sé tú mismo el ejemplo. Lee un libro en lugar de navegar, sal a caminar sin teléfono y dedica tiempo al juego creativo o físico. Cuando los niños ven que la vida fuera de línea puede ser igual de divertida y satisfactoria, el equilibrio deja de ser una regla y se convierte en un estilo de vida.

Fuente: SaferKidsOnline.com

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