¿Por qué debes hablar con tus hijos sobre las amenazas online?
05 ABR 2024
Internet existe desde principios de los noventa y, como era de esperar, las amenazas a las que se enfrentan tanto los niños como los adultos han sufrido grandes transformaciones con el paso del tiempo. En aquellos primeros días, la principal preocupación era proteger a los niños de contenidos sexualmente explícitos. La mayor parte de la concientización se centraba en el uso de controles parentales en lugar de fomentar conversaciones abiertas y crear hábitos digitales saludables.
En los últimos 30 años, el mundo digital y el físico han experimentado cambios notables. Hay mucho más para hacer online, más aplicaciones, más sitios web, más gente y, lo que es más importante, un grupo demográfico más joven. Aunque la pornografía sigue siendo un tema de preocupación, el foco se ha desplazado desde el simple acceso de los niños a estos contenidos, hacia la posibilidad de que, mediante tecnologías como el deepfake, puedan verse a sí mismos representados como protagonistas en dichos materiales. No es que el acceso de los niños a contenidos explícitos haya dejado de ser un problema, sino simplemente que ahora la privacidad, seguridad y bienestar han pasado a un primer plano.
Otro problema persistente y alarmante es la amenaza del grooming y los depredadores online. Ahora que los niños pueden interactuar con desconocidos a través de plataformas de redes sociales, sitios de mensajería y videochat, el riesgo de que un menor se tope con un depredador online se ha incrementado significativamente. La facilidad de acceso a estas plataformas plantea un reto, por lo que es crucial que padres y maestros estén alerta y eduquen a los niños sobre los peligros potenciales a los que pueden enfrentarse.
Aquí encontrarás más información sobre qué hacer si un depredador online se pone en contacto con tu hijo.
Una amenaza bastante más reciente, pero muy extendida, es el acoso cibernético. Si bien el acoso siempre ha sido una preocupación en el plano físico, su versión digital emergió como un problema aún más grave. Extiende el dolor del aula hasta el teléfono del niño, invadiendo su entorno doméstico, atormentándolo prácticamente 24 horas al día, 7 días a la semana, sin oportunidad de escapar. El acoso cibernético crea un espacio virtual lleno de comportamientos dañinos e intimidantes que a menudo conllevan graves consecuencias para la salud mental y el bienestar general del niño. El anonimato que proporciona el mundo online facilita que el acosador se mantenga oculto y siga hostigando a la víctima durante más tiempo, sin dejar rastro ni ser descubierto.
La tecnología deepfake ha añadido una nueva capa de complejidad a la problemática de los contenidos explícitos. La preocupación ya no se centra únicamente en el riesgo de que los niños se encuentren con material inapropiado, sino en el hecho de que puedan ser objeto de manipulaciones que los expongan a ver contenidos comprometedores sin su conocimiento. Con la nueva tecnología disponible, es muy fácil superponer el rostro de un niño en un cuerpo diferente y afirmar que es realmente él. Luego el niño podría ser manipulado para generar ese tipo de contenido por sí mismo, sentir vergüenza e incluso ser chantajeado por el agresor. Esto resalta la importancia de concientizar y educar sobre el uso responsable de los medios digitales, así como de fomentar una relación abierta con los niños. Es fundamental que sientan la confianza de recurrir a sus padres ante cualquier problema, sin temor a ser juzgados.
Sin embargo, los padres y educadores no son los únicos que deberían interesarse por estas cuestiones. Es responsabilidad de los legisladores y las empresas promulgar legislación y políticas que las prevengan. Hay que establecer leyes más estrictas sobre quién puede acceder a Internet, cómo y cuándo, así como con qué propósitos se utiliza.
También depende de nosotros, los adultos, informarnos sobre los peligros y cómo afrontarlos de modo de poder guiar a nuestros hijos y crear una Internet más segura para ellos. La restricción ya no es una opción viable cuando se trata de la seguridad online, pero cada vez es más necesario hablar con los niños sobre los riesgos potenciales que pueden encontrar en la red. Fomentar la alfabetización digital e inculcarles la importancia de un uso responsable de Internet son componentes esenciales de esta estrategia proactiva.
Es crucial incorporar a las conversaciones con los niños debates sobre amenazas específicas como el grooming, el acoso cibernético y las implicaciones de la tecnología deepfake. Las campañas de divulgación en escuelas y comunidades pueden reforzar aún más la importancia de la seguridad online.
Además de la concientización, hoy en día es imprescindible contar con una solución de seguridad en la que se pueda confiar y que piense por ti. Tu mejor estrategia de defensa es emplear una solución de seguridad reconocida, como ESET Home Security, que ofrece protección en tiempo real las 24 horas del día, los 7 días de la semana. Una de sus funcionalidades, disponible en todos los niveles, es Network Inspector, que revisa el router doméstico en busca de vulnerabilidades, como contraseñas débiles o firmware obsoleto. Proporciona una lista de los dispositivos conectados, lo que facilita la detección de actividades maliciosas en la red doméstica.
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La evolución de las amenazas online resalta la importancia de adoptar un enfoque global y adaptable por parte de padres y educadores. Mantenerse al tanto de los desafíos específicos y entablar una comunicación abierta y activa con los niños ayudará a crear un entorno digital más seguro. Al combinar educación, supervisión y medidas de seguridad, podemos reducir los riesgos asociados al panorama del mundo digital en constante desarrollo.
Autora: Alžbeta Kovaľová